A lo largo de los procesos de urbanización de la ciudad van quedando superficies de terreno de extensión variable que pueden permanecer muchos años abandonadas sin edificar. En estas superficies la vegetación va creciendo de forma espontánea a partir de especies colonizadoras capaces de prosperar en esos suelos, o a partir de los restos de vegetación previamente existente. De forma paralela, numerosas especies de fauna vertebrada e invertebrada van ocupando este medio, donde poco a poco va progresando una biocenosis cada vez más rica y compleja.
En una ciudad como Zaragoza, que se extiende en una superficie muy llana en el fondo del valle del Ebro, los descampados sin edificar son todavía muy numerosos y ocupan grandes superficies que poco a poco van siendo urbanizadas para construir.
Por
razones de proximidad y urgencia me voy a referir en este artículo a los
descampados existentes al norte de la ciudad entre el Campus Río Ebro, la Ronda
Norte (Z-40), la Avenida Ronda de Boltaña y el extremo occidental del barrio de Parque Goya. En esta
zona los descampados ocupan una superficie próxima a las 40 Ha de terrenos que
estuvieron dedicados a la agricultura y siguen atravesados por la acequia de
Juslibol, continuación de la acequia del Rabal que trae aguas del río Gállego.
Las fotografías aéreas del vuelo de 1956-1957, e incluso las de vuelos
posteriores hasta principios de la década del 2000, permiten apreciar que estos
terrenos estaban ocupados por parcelas de huerta coincidiendo en parte con las
denominadas Torre de San Martín y Torre Bastarán. También permanece un tramo de
un vial asfaltado que se dirigía al barrio de Juslibol desde la carretera de
Huesca, así como restos de antiguas edificaciones y escombros dispersos.
Fotografía aérea de los terrenos en 1997-1998 (ICEARAGON)
Fotografía aérea de los terrenos en 2003 (ICEARAGON)
Resulta muy curioso comprobar cómo ha evolucionado desde entonces la vegetación en estos terrenos. Actualmente gran parte de la superficie está ocupada por un matorral-pastizal halonitrófilo de aspecto pseudoestepario con zonas dominadas por el sisallo (Salsola vermiculata) y presencia de orgaza (Atriplex halimus), albada (Gypsophila struthium), gran variedad de herbáceas ruderales, escasos arbustos espontáneos (Retama sphaerocarpa, Tamarix sp, Osyris alba,…) algunos árboles aislados (varios ejemplares viejos de pino carrasco, ciprés, plátano de sombra, etc), restos de setos con especies arbustivas (rosal silvestre, endrino, adelfa, zarzamora…) y cañaverales (Arundo donax) en la orilla de la acequia.
Los descampados en diciembre de 2024
La proximidad de estos terrenos abiertos a zonas muy pobladas de los barrios de Actur y Parque Goya es aprovechada por numerosas personas que transitan por la zona, especialmente para pasear a sus perros.
Entre la fauna vertebrada, aves aparte, destaca la abundancia de conejo de monte (Oryctolagus cuniculus) y la presencia de erizo común (Erinaceus europaeus), pero llama la atención la extraordinaria escasez de reptiles y anfibios.
Desde el año 2019 he recorrido con frecuencia estos descampados tomando nota de las aves detectadas, acumulando hasta hoy un total de 80 especies que utilizan estos terrenos o los sobrevuelan durante sus desplazamientos.
La presencia de aves en estos descampados es sensiblemente mayor durante el invierno y parte del paso, tanto en lo relativo a la variedad de especies como a la abundancia de algunas de ellas. Destaca la invernada de bisbita común (Anthus pratensis) y, dependiendo del desarrollo de algunas herbáceas ruderales, de varias especies de fringílidos como el serín verdecillo (Serinus serinus), jilguero europeo (Carduelis carduelis), pardillo común (Linaria cannabina) y pinzón vulgar (Fringilla coelebs). En esta época es cuando aparecen algunas tarabillas comunes (Saxicola rubicola), colirrojos tizones (Phoenicurus ochruros), currucas rabilargas (Curruca undata), mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita) y zorzales comunes (Turdus philomelos), estos últimos posiblemente atraídos por la abundancia de caracoles de diversas especies (Theba pisana, Otala punctata, Eobania vermiculata, Rumina decollata…). Un pequeño número de cogujadas montesinas (Galerida theklae) también frecuenta la zona en este periodo, pero no he podido comprobar que lleguen a nidificar aquí.
Serín verdecillo comiendo semillas de Diplotaxis erucoidesPardillo común con semillas de Diplotaxis erucoides en el pico
Macho de tarabilla común invernante en el descampado
Cogujadas montesinas invernantes
Algunas especies se presentan exclusivamente en paso migratorio durante breves periodos de tiempo, es el caso de los papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) y gris (Muscicapa striata), las currucas zarcera (Curruca communis) y carrasqueña (Curruca iberiae), la collalba gris (Oenanthe oenanthe) y el colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus).
Collalba gris en una parada durante la migración (Septiembre 2023)Durante el periodo de cría son relativamente pocas las especies que permanecen en estos descampados con posibilidades de reproducirse, observándose cogujadas comunes (Galerida cristata), cistícola buitrón (Cisticola juncidis), curruca cabecinegra (Curruca melanocephala), serín verdecillo (Serinus serinus), jilguero europeo (Carduelis carduelis), pardillo común (Linaria cannabina), verderón común (Chloris chloris), zorzal charlo (Turdus viscivorus), abejaruco común (Merops apiaster), palomas torcaces (Columba palumbus), tórtolas turcas (Streptopelia decaocto), urracas (Pica pica), gorriones comunes (Passer domesticus) y molineros (Passer montanus), y varias especies más ligadas a la acequia y su vegetacón de ribera: ánade azulón (Anas platyrrhynchos), lavandera blanca (Motacilla alba), ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) y cetia ruiseñor (Cettia cetti).
Curruca cabecinegraCistícola buitrón posado en Atriplex halimus
La disponibilidad de diversas presas (desde conejos hasta micromamíferos, pájaros pequeños y variedad de invertebrados) posibilita la utilización de estos espacios abiertos como cazadero de rapaces como el milano negro (Milvus migrans), cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), gavilán europeo (Accipiter nisus) e incluso búho real (Bubo bubo).
Milano negro con restos de conejo en las garras (Julio de 2022)El futuro de esta comunidad de aves está sentenciado por el anunciado proyecto de construir un denominado Parque Tecnológico en estos terrenos, con el inicio de las obras previsto para septiembre de 2026.
En su estado actual, estos descampados pueden resultar poco atractivos para el público en general, pero si se abren los ojos y se profundiza un poco es sorprendente la variedad de formas de vida que albergan. Quien quiera conocerlos tendrá que darse prisa antes de su próxima transformación.
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