El avión roquero (Ptyonoprogne rupestris) es una especie de golondrina (familia Hirundinidae) de querencias fundamentalmente rupícolas, tal como indica su nombre. Aunque por lo general construye su nido en paredes rocosas, tampoco es nada raro que lo haga en edificios y otras construcciones humanas, siendo frecuente criando por ejemplo en pórticos y bóvedas de ermitas, iglesias o castillos.
Según la clasificación de Voous (1), pertenece al grupo faunístico Paleoxeromontano, que incluye especies de las vertientes áridas de montañas bajas de la región Paleártica meridional. Su distribución geográfica en periodo reproductor se extiende por el sur y centro de Europa, norte de África, Asia Menor, Oriente Próximo y Medio, Cáucaso, Asia Central y China. Es un migrador parcial que en invierno abandona las zonas más frías para concentrarse en localidades más cálidas y resguardadas, por lo que parte de la población europea cruza el meditarráneo para invernar en el noroeste de África hasta Senegal y Guinea-Bissau (2).
Su dieta se basa en insectos voladores (Diptera, Plecoptera, Trichoptera, Coleoptera, Hemiptera, Himenoptera y Lepidoptera) y algunas arañas.
De caracter gregario, forma colonias generalmente poco densas, pero también es frecuente que críen parejas aisladas. En invierno se acentúa su gregarismo tendiendo a concentrarse en bandos en las zonas más abrigadas.
Grupo invernante acicalándose al sol en los escarpes de Juslibol el 22/01/2024
Grupo en el castillo de Pau (Francia) el 13/10/2007.
En Aragón se encuentra ampliamente distribuido por todas las áreas montañosas, siendo su presencia más puntual en la depresión del Ebro donde normalmente se refugia en escarpes y cortados de yesos y margas, considerándose como especie principalmente estival con pequeñas poblaciones residentes todo el año (3).