sábado, 28 de septiembre de 2013

Palomas torcaces: del monte a la ciudad

Paloma torcaz (Columba palumbus)
Hace unos doce años comencé a ver las primeras palomas torcaces establecidas dentro de Zaragoza, primero en el Parque Grande y Pinares de Venecia, y poco a poco extendiéndose por el resto de la ciudad. 
La torcaz (Columba palumbus) es bastante más grande que la paloma doméstica y, a diferencia de ésta, nidifica en árboles construyendo una somera plataforma de ramillas.
Antes de colonizar ciudades como la nuestra, las torcaces eran aves totalmente silvestres propias de bosques y zonas arboladas, protagonizando migraciones espectaculares con bandos de miles de palomas norteñas cruzando por los collados pirenaicos y los del Moncayo en otoño para invernar en las dehesas del cuadrante suroeste peninsular.
En las últimas décadas las pautas migratorias de las torcaces han cambiado bastante y, por otra parte han colonizado con éxito muchas ciudades incrementándose su población global. Según datos de BirdLife, en 2004 se estimaba entre 27 y 51 millones el número de torcaces en Europa, con tendencia a aumentar.
En nuestra ciudad es muy fácil verlas "pastando" en el césped de parques y zonas ajardinadas o escuchar su  potente y grave "arrullo" emitido desde algún árbol.
Paloma torcaz comiendo frutos de Ligustrum japponicum

A continuación, un vídeo de dos torcaces procurándose cuidados posadas sobre una farola en pleno barrio de ACTUR-Rey Fernando


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