Esta primavera me preguntaba si quedarían calandrias dentro del perímetro delimitado por el cuarto cinturón de Zaragoza (Z-40) después del imparable avance de nuevas zonas urbanizadas y polígonos industriales o logísticos varios, que han ido terminando con las superficies esteparias más próximas al casco urbano durante el largo imperio del ladrillazo.
La calandria (Melanocorypha calandra) es una especie todavía numerosa en las llanuras esteparias de Aragón y de gran parte de la península Ibérica, pero falta en todo el resto de la Europa Occidental excepto de algunas zonas del sureste de Francia y del sur de Italia.
Entrando a Zaragoza desde el sur por la A-2, justo antes de cruzar sobre el Canal Imperial, me fijé en una extensa superficie baldía, cubierta esta primavera de herbazales espontáneos, con posibilidades para las calandrias. A finales de mayo visité por fin esta zona llamada "Torre del Pilar" y pude confirmar la presencia de varias calandrias, alguna de ellas cantando, en este reducto pseudoestepario que todavía no ha sido urbanizado.
Baldíos de la Torre del Pilar
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